Reflexiones de una orientadora

- La escuela inclusiva, un ideal -

Aunque es el ideal perfecto a perseguir, es bien sabido que en determinados momentos, durante ese intento por favorecer la inclusión, surgen muchas dificultades.

La inclusión parte de que todos somos distintos, de la integración, la individualización... Ante esa forma de ver las cosas, pocos son los maestros que te van a decir, por principios, que está equivocada, aunque posteriormente y en la práctica lleguen ``los peros´´.

Es muy difícil y cuesta mucho romper con las metodologías y métodos de enseñanza antiguos, pese a estar dispuestos a cambiar y mejorar la integración de los alumnos.

Por otro lado existen problemas, como son los ratios elevados, que dificultan al tutor, en su intento por lograr la individualización, poder conseguir la dedicación que estos alumnos merecen y necesitan.

El maestro de Pedagogía Terapéutica dentro del aula es lo deseable, pero dependiendo de las Necesidades Educativas Especiales del alumnado se escoge una modalidad u otra.

En ocasiones, esta elección depende también del tutor, pues existen maestros y profesores reacios a que un segundo profesional este presente en sus clases, por lo que no colaboran y no se coordinan con los maestros de apoyo. En muchos casos, el maestro de PT es más tutor, que el propio tutor del alumno. Los tutores, para que esa integración sea fructífera y beneficiosa y no todo lo contrario, deben cambiar su metodología, para que esa coordinación de la que hablábamos sea posible. Muchos maestros que han aceptado a un segundo profesional en su aula, después han quedado muy satisfechos ante la experiencia.

Debe existir una gran coordinación, un esfuerzo mayor de programación y un mejor desarrollo de las adaptaciones individualizadas. Desde su punto de vista todo esto se hace, pero se hace mal.

Pero en definitiva siempre mejor dentro, que fuera del aula. En mis intervenciones intento que el niño salga lo menos posible, aunque como he dicho tomo muchas de las decisiones en función del tutor que tenga el niño, si se puede trabajar con él que sea dentro del aula.

¿Opciones ante esta problemática?

- Como ya se ha dicho disminuir el ratio, pues es demasiado elevado.

- Ante la programación de todo el trabajo, incluyendo aquí el desarrollo de las programaciones individualizadas y la coordinación con los tutores, proponer que en la dedicación de las horas asignadas como trabajo en casa, para corregir y preparar las clases, la obligatoriedad de permanecer en el centro y de este modo se dediquen esas horas realmente para el desempeño de sus funciones como maestros.

- Y desde luego que a quién le compete realice su trabajo, la inspección. Esta debería exigir a los profesionales una corrección en cuanto a las programaciones, adaptaciones individuales y coordinación entre profesionales que no existe. Si todo el equipo se viera inspeccionado como es debido, todos tomarían este tipo de cosas mucho más enserio.